sábado, 25 de junio de 2016

Se comunica

Somos la demostración empírica de que la clase media se puede mantener mejor en Barcelona que en Buenos Aires. Los gastos fijos que teníamos allá nos sumían este 2016 a meternos en una bicicleta y prorrateo, y no saber cuánto pagaríamos el mes siguiente, y venir aquí fue airear las expectativas y divisar nuevos horizontes. Desde ya que en donde esté uno es uno con su circunstancia, y lo que haga o deje de hacer se ajusta más a la disponibilidad de energías cada día que a la empresa o persona para la que haga un trabajo.

Trabajo comunicando. Con mi mujer queremos demostrarnos que se puede vivir del arte. ¿A qué venía esto? Sí, a que me adentré en el foco mismo de qué nos tiene aquí en Barcelona, viviendo.
Cuando llegamos a Barcelona nos encontramos con una ciudad cosmopolita como ninguna, con sus brazos abiertos sin distinciones al arte y la cultura. A la semana de estar acá logramos poner nuestro teatro para un espectador en un centro de creatividad en La Rambla barcelonesa. Repetimos funciones. Hicimos función privada en una terraza. Eso en menos de un mes de estar acá.

Luego devino la noticia de la muerte de mi papá. Que a la distancia distingo que pega distinto. Caigo en cuenta que no está porque era un padre muy presente que se comunicaba con frecuencia conmigo. Esa ausencia noto, mucho. Pero hay otra parte de la ausencia que es física, que no termino de afirmar -más bien niego- porque en términos físicos tampoco tengo ni a mi madre, ni hermanas ni amigos, para abrazar. Así que en parte la distancia física la tengo en común con todos los que están allá. Con la salvedad de que a él ya no podré abrazarlo más.
Esa pelota de panza inabarcable, esa cara arrugada y que ponía el cachete para que besara pero luego rechazaba más besos, eses ser que preguntaba con temor y apertura sobre las aventuras que nos relatábamos mutuamente comiendo una pizza previo a ver al Rojo, mi papá, ya no lo podré ver más...

Los recuerdos que tengo de las idas a la cancha son imborrables, y de algún modo marcan la forma en que quiero educar a mi hijo. Teniendo experiencias enriquecedoras y nutridas con él.

Gonzalo es un bebé genial. Pide y hace con un entusiasmo y una sonrisa incesante, conquistante, atrapante y que invita a estar por y para él. Él me puede. Él mira de una forma particular, entre midiéndote y sacándote la ficha en su totalidad, desnudando tus vulnerabilidades mayores y exponiendo tu incapacidad, por momentos, de abastecer la necesidad de un manojo de sensaciones de apenas 10 meses y medio.

Gonzalo por momentos me hace sentir el padre más cariñoso del mundo y por otros me saca a puntos de no saber qué carajo hacer. Llorá, ¿qué hago? Y yo qué carajo sé, fijate. Tratá de comprender qué lo aqueja a este ser, interpretá sus llantos, y sacá tu propio código de los tonos y contratonos que emplea para decirte algo. Y a veces funciona. Que la pancita, que si lo das vuelta. Que si probás moviéndole las patitas en bicicleta y entra en calma. Que se cansó de ese juego, que quiere comer, que se cagó... no, son los dientes.

Hasta que una especie de radar ultrasensible se le enciende cuando percibe un movimiento, por más que sea a la lejanía, de ese ser superior que domina su campo escénico de universo, llamado Madre. Cuando la madre se mueve en su órbita, el niño deja de hacer lo que esté llamando esporádicamente su atención, sea lo que sea, y enciende su oreja hiperbólica en sentido norte y la brújula corporal apunta con todas sus ansias hacia el sentido orientador madre. Listo, ya no hay con qué darle a esa pulsión.

Y el esbozo de la palabra teta ya asoma en sus primeras palabras y comunicaciones orales. Mamá, papá, ammm(bre), ya forman parte del repertorio inicial. Le decimos bravo y aplaude. Y sonríe. Y se emociona y aletea. Y me emociona.

4 comentarios:

  1. Muy lindo lo q escribis. Besos desde lejos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Dani! Lindo recibir comentarios acá de uno del palo blogger, je. Aunque no comenté supe leer tu bitácora de viaje cuando posteabas. Abrazo grande!

      Eliminar
  2. Sos muy buen papá, estoy orgullosa de vos. Me gusta mucho leerte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. y a mi tenerte junto a mi, sos la madre que siempre quise para mi hijo.

      Eliminar