jueves, 4 de agosto de 2016

Querer y necesitar

¿Cómo hacés que un nene no quiera lo que vos tenés? ¿Es normal que el mayor entretenimiento sea morder cartón y plástico? Envases, bah.

¿Cómo se evalúa si se le está dando todo lo que quiere? ¿Lo que quiere o lo que necesita?
¿Mi viejo se fue habiendo hecho lo que quería? Si nos vamos, ¿para qué perder el tiempo en cosas que no nos van?

Gonzalo se pasea. Tira todo. Se agarra de las cosas para caminar. hay que taparle lugares de riesgo, sacarle cosas chicas de la mano, intentando no decir no o censurar. Un trajín…

Dejarse sentir libera sensación, y esa sensación queda en el cuerpo, porque tiene memoria. Conserva lo que en algún momento le produjo buena sensación. O repele lo que mala.
Eso es la magia de escenificar lo que nos pasa. Ponerse en el lugar de otro y dejarse ser. Luego se convierte en necesidad.

Necesitar algo es estar en la imperiosa voluntad de lograrlo. Querer algo tiene una carga más romántica, donde muchos asimilan el querer con desear algo que no se tiene, mientras que otros optamos por vincularlo al deseo motor, con el fin de alcanzarlo y no de siempre estar anhelando lo inalcanzable. Desear es expresión de voluntad, y la acción es lo que lleva a entrometerse, intersticialmente, en las grietas que produce ese deseo, en lo que lo moviliza.

Gonzalo desea. Necesita algo y tan sólo va. Se dirige hacia el objetivo con una premura y decisión que nada pasa a importar más que eso. Quiere con ganas. Y eso me pone contento. Ya se para y hace equilibrio un rato.
El bendito equilibrio que uno aspira a conseguir en algún momento. Consigo equilibrar y la balanza se desacomoda hacia el vicio mayor de superarse.

Los habemos quienes nos sentimos movilizados por el deseo de superación, así como los hay quienes en su querer inconcluso depositan todo su deseo, en pretender y hasta exigir algo que no ocurre. Lo que ocurre, ocurre, y desde esa verdad leída por los ojos que lo deseen es que se desarrolla el convencimiento de estar en el camino deseado. Y dale con que es deseado. El camino es el trazado, el anhelado, el conseguido al fin de cuentas. El idealismo atenta contra la realidad, y lo real es que el juicio es la condena mayor del ser deseante. El que quiere con ganas usa el juicio como un medio intuitivo de saberse hacedor de realidad.

Me pintó hablar con frases cortas hoy se ve. Es lo que hay. Lo que no hay es imposible que sea.

Necesito querer. Querer necesito. Y el deseo es un cuento chino.