viernes, 5 de octubre de 2018

A tu merced


Como hojas muertas. Remembra Joan Manuel, y el Flaco Spinetta le complementa. Todas las hojas son del viento, y pienso que quiero que te empapes de ese universo tan personal que supo criar el poeta que dio vida al día de la Música en Argentina. Spinetta, Cerati, Fito Paez, Calamaro, Cordera, Ciro, el rock nacional me marcó, hija. A vos te escribo. A quien espero que salga y se mantiene dentro ya pasadas las 40 semanas de interiores. Ya tenés vida, sólo que aún no te veo, y no sé qué hará que la vista sea tan significativa, porque ya te sentí moverte, y te toqué una patita. Sí, a través del filtro de la piel de tu madre, pero lo hice. Y luego de salir es que se empieza a contar. Vas a cumplir años por estos días, para siempre. Lo que perdura es lo que se valora. Y el día de cumpleaños perdura. Y verte y tenerte en brazos también. Tu hermano, Gonzalo, con sus 3 años y meses, me deja claro constántemente que él está más atento que cualquiera, por más que creamos que el habla es lo que facilita la atención. No, nada que ver. La dificulta. El habla es un invento útil para mantener comunicación con el exterior pero es más arma pleito que los sentidos convencionales, la vista, el olfato, el tacto, lo auditivo con la música encabezando el ranking, y el gusto.

El gusto es mío de estar esperando tu llegada. Dale, llegá, que la ansiedad no aprendí a controlarla y resurgieron cual fantasmas del sarcófago de meticulosidades perdidas dos de aquellas uñas que me comía de chico, sólo que esta vez soy adulto, elijo que sean dos. Ja, sí, hija, nos creemos que elegimos todo el tiempo. E instándonos a hacerlo estamos siempre, los unos a los otros, a veces en forma cordial, otras abrupta, otras manipulando, otras -con suerte- apenas sucediendo, y otras concediendo. Somos humanos habitando este espacio etéreo y construyendo e hilvanando ilusas creencias de que las cosas se hacen de un modo. El que vos vayas divisando que es el que te hace sentir bien, cómoda, gustosa, a tus anchas, es el que estará bien. Maia, que la vida te brinde lo que venís a buscar. No pares de buscar. La ilusión existe, es, y también es la que impulsa la fuerza vital que el universo tiene para acompañarte. Si no contruís tu telaraña, tu red, tu ilusoria irrealidad, nada se divisa, mientras que si lo hacés con empeño y dedicación, con amor, y buscas sin parar aquello que te alimente de energías renovadas, de seguro vas a estar plena, hija. Y eso deseo para vos. Papá y mamá estarán, sobre todo al principio, para intentar ordenar el caos, cuando sabemos que no se ordena sino que se acomoda, para instarte a seguir tus pasiones, pero luego soltarás a mamá y papá de la mano y te largarás a correr sola. No aceptarás tanto franeleo y dejarás abrir tus alas en el destino que te plazca. Ahí te digo, hija, que nada ni nadie condicione tu visión, aceptá ayuda y compañía, manteniendo siempre tu idea y ganas como estandarte. Si estás confundida, sentate a ver qué querés. La confusión es propia del que se anima a revolcarse, así que no le temas a las sensaciones oscuras, que son las propulsoras de la inspiración e imaginación necesarias para ejecutar tu deseo.

Ejecutá. A sangre fría a lo que debe morir y tus actos en realidad para verlo plasmado, consolidado, afirmado, en este planeta, que es al que llegás en breve. Pienso darte todo mi corazón, con sus capacidades y falencias, a disposición para que hagas uso, sí, usame, aprovechá que papá está para vos, para cuidarte al principio -y siempre- y sabé que aunque me enoje o muestre mi lado menos cordial, papá está para servirte y lo que gustes llamar.
Te llamo, hija, Maia, dale, vení, quiero contemplarte ya, sentir cada una de las extremidades de tu cuerpo, y conocer la sensibilidad con la que venís al mundo, conocerte, que para eso es que estamos acá presentes. Para conocernos, y divertirnos un rato.


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