lunes, 1 de octubre de 2018

Trabajo de parto


Un parto es la resultante del trabajo hecho durante 9 meses previos de dedicación y contención de un gestante, una obra de vida. Entre cobijos y manutenciones, obsesiones y celebraciones, malestares y bienestares, la masa de cartílagos primero, huesos, músculos y carne se fue consolidando y en un punto se da cuenta que el espacio donde está le queda chico, y empieza a pujar por salir a conocer algo más.

Siento que estoy presenciando el mismo trabajo de parto tanto en mi familia, con la ansiosa espera de Maia Galin, que está al caer, como con el Club de mis amores, el Glorioso Independiente de Avellaneda, que hace 9 meses nos hizo volver a concebir la idea de que el Rey de Copas no fue un eslogan más, sino que es una mística que se sostiene viva a prueba de hazañas coperas. Hoy, ahora, por estos días, ambos -familia y equipo- nos enfrentamos ante una instancia trascendente: parir.

No es algo que se hace como en las películas hacen creer, donde todo ocurre instantáneamente. El estado y trabajo de parto es un momento donde convergen todas las intenciones y voluntades puestas a lo largo del tiempo en que se dedicó atención y cuidado al proyecto, se sufrió, se afianzó, se corrigió, se replanteó y se volvió a creer en que la vida brota sola si se deja ser sin obturar.
Desde luego que siempre estamos pendiendo, y pendientes, de la sombra que rodea a la vida, es decir, la muerte. Pero para ahuyentar fantasmas, elijo enaltecer y rendirle honores a la inevitable, reflejarla en ese padre que se me fue hace menos de 3 años, y que dejó un sólo legado a sostener. Sí, a veces puede pintar las ganas de gallinear, quién no teme a los cambios, pero no alcanza, y toca juntar valor para enfrentar lo que es. La vida de un hijo, concebir una vida, lo es. Es por sí solo. No importa a qué se enfrente, ni a qué queramos que se enfrenten. Ellos toman decisiones, nosotros acompañamos.

Igual que con el equipo del Profesor. Deposito mi confianza en que surgirán las fuerzas necesarias para dar a luz este proyecto gestado con amor durante más de 9 meses. Y me entrego, a contemplar, porque a la larga es poca la participación que uno tiene, o es observadora y acompañadora en este momento particular que toca vivir. ¿Cómo estás? De parto.

Hablo de vos Rojo querido, hablo de mi vida puesta en cuerpo de mi mujer Marisel. Porque todo es igual, es la pasión que se refleja en mi. Nadie dijo que es fácil el trabajo de parir, pero estoy seguro que siempre tiene final feliz, porque es la resultante de un proceso, no es sólo un resultado.

Esta Campaña volveremos a estar contigo... ¡te alentaremos de corazón!
Somos nosotros, guerreros pariendo, poniendo huevos, ovarios, corazón, hasta el minuto final, y no habrá duda o miedo que pueda más que la voluntad de vida, roja, furiosa, pasional, salvaje, que sale a bailar con la que toque, sin prejuicios, con soltura de niño, a la que toque jugar.

Mañana el pueblo rojo de Barcelona también se aglutinará alrededor de (la estación) Monumental, para parir un sueño, la Octava. No sé si seré de la partida allí o en el hospital. En el mismo proceso estamos, alentando para que salga la niña Maia, aguantando los trapos, porque sabemos que la alegría posterior no se compara con nada. “No se compara, con otra hinchada, somos nosotros, en las buenas y en las malas... Yo te sigo de pendejo, siempre voy a todos lados, yo te vengo a ver descontrolado...”.

El paralelismo es infinito, porque de inspiración se trata. Mi viejo, Independiente, yo, el que sigue, en individuo y colectivo, vamos a empujar y pujar, que el canal de parto está abierto, y es cuando más toca aguantar. Nadie dijo que sería fácil. Todos juntos se aliviana. Es por vos. Hasta el final.



No hay comentarios:

Publicar un comentario